Preparado por:
Pastor: Jairo Antonio Marín Leiva (Secretario General)
I. JUSTIFICACIÓN
Justicia – Nueva Creación
ROMANOS 4:1-25
1. Ejemplos
ABRAHAM
Abraham tenía una posición única en la nación judía porque fue el fundador de la nación. El era el hombre a quien Dios desafió para que fuese testigo ante las demás naciones del mundo, un testigo del único Dios vivo y verdadero.
Dios había aparecido a Abraham y lo había desafiado a dejar su hogar, sus amigos, su empleo y su país. Dios hizo dos grandes promesas a Abraham si le seguía en forma incuestionable: Abraham sería el padre de una nueva nación, y todas las naciones de la tierra serían venditas en su simiente (Génesis 12:1-5; 13:14-17)
Las escrituras dicen que Abraham hizo lo que Dios le pidió. Salió sin saber a dónde iba (Hebreos 11:8). Confió en Dios y acepto su palabra en forma incuestionable. No fue el hecho de que Abraham guardara la ley lo que agradó a Dios. En efecto, la ley aún no había sido dada (Gálatas 3:17 “Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa”).
Lo que agradó a Dios y lo que hizo que Dios justificara a Abraham fue el hecho de que Abraham hizo lo que Dios había dicho. Abraham sencillamente creyó a la promesa de Dios en el sentido de que le daría una nueva vida, en una nueva nación, con un nuevo pueblo.
Note varias cosas:
1.1. Abraham y su simiente fueron los únicos a los cuales Dios dio las promesas. Esto se afirma en forma enfática (Romanos 4:13, 25 “Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe 25 el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.”; Gálatas 3:6-16)
1.2. Solamente una promesa fue dada a Abraham (Romanos 4:13-21; Gálatas 3:14 “para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu”). No se le dio otra información. Dios no identificó el país ni Abraham dijo que no iría. Tampoco dijo Dios a Abraham cuando iba su mujer (Sara) a darle la simiente (el hijo varón) de quien nacería la nación prometida. Dios hizo una simple promesa, y todo lo que Abraham tenía que hacer era andar conforme a esta simple promesa, esto es, la pura palabra de Dios
1.3. A la promesa se le agregó una sola condición. Abraham tenía que creer a Dios. Ningún tipo de obras tenía parte en esto.
1.4. Abraham creyó a Dios (Génesis 12:4-5 “Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán 5 Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron”; Ro 4:3, 11 - 22)
1.5. Abraham fue tenido por justo porque creyó a Dios (Romanos 4:3-5; Romanos 9:13 “Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí”). Dios no le atribuyó justicia por lo que era ni por lo que había hecho. Simplemente creyó a Dios. Así que Dios tomó su fe y la contó por justicia
1.6. La prueba de que Abraham realmente creyó a Dios es que hizo lo que Dios le dijo. La fe precedió a su obediencia. Creyó a Dios y luego obedeció a Dios. Si no hubiera creído a Dios no habría salido de su hogar ni de su empleo. No habría dejado su ambiente familiar, las relaciones significativas ni los compromisos personales. El hecho de que hizo lo que Dios le había pedido era evidencia de que creyó la promesa de Dios.
1.7. El hombre que cree a Dios es el que recibe las promesas de Dios (Romanos 4:5 mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia”; 12; Ro 16 - 17). Pablo afirma que no es la herencia ni la nacionalidad, los meritos ni las obras, la ley, ni los preceptos de la ley lo que tiene que ver con las promesas de Dios (Gálatas 6:6-7).
Los verdaderos hijos de Abraham son los que creen a Dios, cualquier persona de cualquier nacionalidad, la promesa de Dios de que una nación se originaría de Abraham y su simiente era la promesa de una nación eterna. Esta nación eterna iba a ser de otro mundo, otra dimensión del ser: La dimensión espiritual, una dimensión tal real como la dimensión física.
Pero debe tener una distinción, cada ciudadano debe ser un creyente, uno que cree a Dios y su palabra. Esto es exactamente lo que el pasaje dice: “Los que creen son los hijos de Abraham, hijos de la promesa de Dios. Son bendecidos con el creyente Abraham, son ciudadanos del reino de Dios” (He 11:8 - 18)
2. Justicia y justificación
OBRAS VS FE
2.1. Abraham no fue justificado por las obras, porque las obras no pueden dar derecho a una persona para gloriarse delante de Dios.
2.2. Abraham fue justificado por haber creído a Dios. Ocurrió lo siguiente: Abraham creyó a Dios, y Dios acepto la creencia de Abraham y contó su fe como justicia.
3. ROMANOS 4:4-5
OBRAS – JUSTICIA
3.1. Las obras indican que hay una deuda. Cuando un hombre trabaja, alguien le debe. Si el hombre pudiera trabajar para ganar su justicia, esto es obrar de modo que Dios le quedara debiendo la justicia, entonces Dios estaría en deuda con el hombre
3.2. Creer a Dios es justicia
4. ROMANOS 4:17
FUENTE DE LA FE
La fuente de la fe de Abraham fue Dios y Dios solamente
4.1. Fue a Dios mismo a quien Abraham creyó: “Te he puesto por padre de muchas gentes” (v. 17). Abraham nuca había tenido un hijo, no de Sara, ahora tenía alrededor de 100 años y Sara estaba cerca de esa edad. Ambos estaban muy lejos de la edad de tener hijos.
Piense un momento en ello y se comprende inmediatamente lo imposible de la situación. Si Abraham iba a tener un hijo, ese hijo tendría que venir de Dios. Dios tendría que ser la fuente, porque solamente Dios puede hacer lo imposible. Tome nota: Pese a la imposibilidad Abraham cree a Dios. La fuente de la fe de Abraham era Dios
4.2. Abraham creyó en el Dios que resucita a los muertos. La fuente de la fe de Abraham fue: El Dios vivo y verdadero: El Dios que es omnipotente, que tiene todo poder, el poder de dar aliento de vida a la materia muerta.
La fuente de la fe de Abraham era Dios: Dios que tiene el poder de vivificar, hacer vivir, revivir, animar, rejuvenecer y animar lo que había estado muerto. No importa cuán imposible pareciera la promesa, Dios podía cumplirla porque él es Dios, el que tiene todo el poder (omnipotente). Dios puede vivificar y resucitar a los muertos; por lo tanto, es poderoso para cumplir su promesa.
4.3. La fuente de la fe de Abraham fue el Dios creador. Porque Dios es Dios, esto es omnipotente, que puede crear. El puede hacer algo de la nada. No necesita tener algo para creer. Puede traer cosas a la existencia con sólo hablar como lo hizo cuando creo el mundo. (Génesis 1:1,3 En el principio creó Dios los cielos y la tierra 3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz”). Abraham creyó esto; creyó que si era necesario Dios podía crear vida en los órganos de su cuerpo y en el de Sara. Abraham confió y creyó la promesa de Dios. Dios era la fuente de su fe.
5. ROMANOS 4:18-22
FE – ABRAHAM
5.1. La fe de Abraham estaba en lo que Dios dijo; la promesa de una simiente o de un hijo. No tenía que hacer otra cosa que seguir sino la palabra de Dios: “Lo que se le había dicho”.
La frase “creyó en esperanza contra esperanza” significa que Abraham estaba fuera de esperanza, más allá de toda ayuda humana y de cualquier posibilidad de tener un hijo.
a. Abraham no se debilitó en la fe, a pesar de pensar en su propia incapacidad física. Su cuerpo estaba “ya como muerto”; el y Sara tenían casi 100 años. La palabra “muerto” es un participio perfecto en el griego, lo que significa que sus órganos reproductivos habían dejado de funcionar y estaban muertos para siempre y no podían volver a funcionar.
Abraham no podía jamás tener un hijo; no era humanamente posible. El y Sara tenían casi 100 años. Ya sexualmente “muertos”.
b. Abraham fue fuerte en la fe; no vaciló ante la promesa de Dios. En cambio caminó glorificando y alabando a Dios por su gloriosa promesa. La palabra “dudó” indica que no vaciló, no se desequilibró, no cuestiono la capacidad de Dios para cumplir su promesa
c. Abraham estaba completamente convencido de la habilidad de Dios y de su podes. Sabía que Dios podría vencer la incapacidad de su cuerpo “ya muerto”, y creyó que Dios podría – resucitar su cuerpo y lo haría ó – recrear sus órganos reproductivos (v 17).
No sabía que método usaría Dios, pero sabía que Dios podría hacer lo prometido. Abraham creyó a Dios; estaba plenamente convencido de que la promesa iba a ser cumplida.
5.2. La fe de Abraham le fue contada por justicia (Romanos 4:22 por lo cual también su fe le fue contada por justicia)
6. ROMANOS 4:22
Cuando una persona cree realmente que Jesucristo es su Salvador, Dios toma la fe de esa persona y se la cuenta por justicia (Romanos 4:3 Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia). La persona no es justa; no tiene justicia propia. Todavía es imperfecto, todavía es pecador, todavía es corruptible, todavía está destituido de la gloria de Dios como ser humano pecaminoso. Pero creer que Jesucristo es su salvador.
En consecuencia esa persona llega a ser aceptable ante Dios.
La narración de la fe de Abraham tiene dos objetivos:
6.1. Que los hombres puedan leer el relato. No fue escrito para que los hombres den honra a Abraham como un gran hombre. Fue escrito para que podamos leer y entender cómo podemos ser aceptados por Dios. Juan 20:31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
6.2. Que los hombres puedan creer y ser contados y ser contados por justos. Es necesario creer dos cosas.
6.3. Que Dios resucitó a Jesús nuestro Señor de entre los muertos
6.4. Que Jesucristo murió por nuestro pecados y fue resucitado para nuestra justificación
7. ROMANOS 4:25
Cristo se ofreció a sí mismo como nuestro sacrificio, como nuestro sustituto, como la cubierta para nuestros pecados. Dios aceptó la ofrenda y el sacrificio de su vida por nosotros. La resurrección lo demuestra.
7.1. La resurrección proclama a gran voz claramente que Dios está satisfecho con el pago que Cristo hizo por los pecados.
7.2. La resurrección declara justificado al creyente, libre del pecado y justo delante de los ojos de Dios. Hechos 2:23-24 a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.
8. RESULTADOS DE LA JUSTIFICACIÓN
8.1. PARA QUÉ ES NECESARIA LA JUSTIFICACIÓN
a. La justificación es necesaria a causa del pecado y de la enajenación del hombre. El hombre se ha rebelado contra Dios y ha tomado su vida en sus propias manos. El hombre vive según sus propios deseos…
Satisfaciendo la concupiscencia de los ojos y de la carne
Aferrándose a la soberbia de la vida y a las cosas del mundo.
El hombre se ha hecho pecador e impío, enemigo de Dios, ha desechado a Dios de su vida, y no quiere tener nada que ver con Dios. El hombre ha separado y enajenado a Dios.
b. La justificación es necesaria debido a la ira de Dios. “Salmo 7:11”. El pecado ha suscitado la ira y el enojo de Dios. Dios está airado con el hombre por su:
Rebelión
Pecado
Injusticia
Impiedad
Hostilidad
Deserción
9. POR QUÉ JUSTIFICA DIOS AL HOMBRE
Cuando un hombre cree en Jesucristo, Dios toma la fe de ese hombre y la cuenta como justicia. El hombre no es justo, pero Dios considera la de ese hombre y la cuenta como justicia.
10. CÓMO JUSTIFICA DIOS AL HOMBRE
La palabra justificar es una palabra legal tomada de los tribunales. Presenta al hombre en un juicio ante Dios. Se ve al hombre cometiendo el más infame de los delitos; se ha rebelado contra Dios y ha roto su relación con Dios.
¿Cómo puede restaurar esa relación? En los tribunales humanos si un hombre es sobreseído, es declarado inocente, pero no es así en el tribunal divino.
Cuando un hombre comparece ante Dios, es cualquier cosa menos inocente; es completamente culpable y en consecuencia está bajo la condenación.
Para cuando un hombre confía sinceramente en Cristo, entonces Dios toma la fe de ese hombre y la cuenta como justicia.
11. ROMANOS 5:1
11.1. Paz – Justificación
El primer resultado de la justificación es la paz con Dios.
El significado de la paz con Dios es sorprendente. Paz con Dios no es escapismo, ni atmósfera tranquila, ausencia de problemas, el control de la situación por medio del pensamiento positivo, la negación de los problemas, la capacidad de no enfrentar la realidad. Paz con Dios es el sentido y conocimiento…
De que uno ha restaurado la relación con Dios
De que uno ya no está alejado y separado de Dios
De que uno ahora está reconciliado con Dios
De que ahora uno ha sido aceptado por Dios
De que uno ahora está libre de la ira y del juicio de Dios
De que ahora uno agrada a Dios
De que ahora uno está en paz en Dios.
11.2. Acceso – gracia Romanos 5:2
El segundo resultado de la justificación es el acceso a la gracia de Dios.
La persona justificada….
Está en la presencia de Dios
Está salvada delante de Dios
Está en el favor de Dios
Está en los privilegios de Dios
Está en las promesas de Dios.
Efesios 2:13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo
11.3. Esperanza – Romanos 5:2
El tercer resultado de la justificación es la esperanza, esperanza de la gloria de Dios.
a. Cuando las Escrituras hablan de la esperanza del creyente, no quiere decir lo que el mundo entiende por esperanza. La esperanza del mundo es un deseo, un querer. El mundo espera – quiere, desea- que algo ocurra. Pero esa no es la esperanza del creyente. La esperanza del creyente es certeza: es la seguridad, confianza y conocimiento perfectos. ¿cómo puede esperar en forma tan absoluta y segura? Por tener unaposesión interior. La esperanza del creyente está basada en la presencia del Espíritu Santo que mora dentro del creyente.
b. La gloria que espera el creyente va a sobrepasar con exceso a la más maravillosa experiencia que pudiéramos pedir o imaginar. Gloria es poseer y estar lleno de la perfecta luz; habitar en el perfecto esplendor y magnificencia de Dios. Filipenses 3:21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas; Colosenses 3:4
11.4. Tribulaciones – Sufrimiento Romanos 5:3 - 5
El cuarto resultado de la justificación es el gloriarse en las tribulaciones y sufrimientos. Cuando un hombre es justificado verdaderamente, ya no es derrotado por las tribulaciones y sufrimientos. Las tribulaciones ya no lo desalientan ni lo abruman, ya no lo echan en las mazmorras de la desesperación y de la falta de esperanzas. Lo opuesto es la verdad. Las tribulaciones y sufrimientos llegan a tener propósito y significación.
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