sábado, 23 de marzo de 2013

EL PAPEL DE LA MUJER EN LA IGLESIA



Este tema del papel de la mujer en la iglesia del nuevo testamento había sido muy claro hasta hace un par de décadas, cuando un Evangelista americano llamado William Marrión Branham, dijo que un ángel de cielo se le había aparecido y que le había revelado que las mujeres no podían servir en iglesia ni mucho menos predicar o enseñar, desde ese momento los seguidores de este evangelista, siguieron predicando esta doctrina, y en los últimos años un puñado de personas hay salido de las iglesias del Nombre argumentando la falla de la iglesia del Nombre en cuanto al servicio de la mujer en el altar, en este estudio pretendemos analizar los versos Bíblicos que ellos usan para apoyar su teoría. 

1 Corintios 14:34  vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la  congregación.


DIARIO VIVIR: ¿Significa esto que la mujer no puede hablar en los servicios religiosos de hoy? Es claro, por 1 Corintios11:5, que la mujer oraba y profetizaba en la adoración pública. También es claro, por los capítulos 12 al 14, que a ella se le dan los dones espirituales y se la anima a ejercitarlos dentro del cuerpo de Cristo. Las mujeres tienen mucho con que contribuir para participar en los servicios religiosos. 

En la cultura de Corinto no le estaba permitido a la mujer confrontar al hombre en público. Aparentemente algunas mujeres que se convirtieron pensaban que el cristianismo les daba libertad de hacerlo. Esto causó división en la iglesia. Más aún, las mujeres de aquella época no recibían formación religiosa formal como los hombres. Ellas podían formular preguntas en el servicio de adoración que podrían ser respondidas en la casa sin necesidad de interrumpir una actividad pública. Pablo respondió que la mujer no podía alardear de su libertad en Cristo durante la adoración pública. La exhortación de Pablo apunta a promover la unidad, no a enseñar acerca del rol de la mujer en la iglesia. 

PLENITUD: Estos versículos son muy difíciles y están sujetos a un gran debate. La mejor interpretación es, quizás, no considerar que Pablo prohíbe a las mujeres manifestar dones espirituales en el culto (véase 11.5; Hechos 2:18; Hechos 21:9). En lugar de ello, lo que él prohíbe es la discusión desordenada que puede perturbar el servicio. También estaría posiblemente prohibido hablar en los términos que aparecen en 1Ti_2:11-15, donde no se acepta que las mujeres se conviertan en autoridades doctrinales independientes (apostólicas) por encima de los hombres. Otra opinión considera los vv. 34, 35 como una cita de Pablo tomada de una carta de los corintios dirigida a él, incluida al comienzo de un nuevo párrafo. Los que proponen esto ven el v. 36 como su respuesta, la cual diría, « ¿Cómo? ¿Sólo los hombres? ¡Absurdo!» Quizás sea más útil notar que la palabra griega utilizada aquí para «mujer» también puede ser traducida como «esposa». Así, el mandato de Pablo se opondría a algo impropio en cualquier época; que una esposa trate de imponer doctrinas o enseñanzas autoritarias, colocando al marido en una situación embarazosa en público. La Biblia no asigna papeles sociales o eclesiásticos rígidos a los hombres o las mujeres, pero sí deposita en los maridos la autoridad y el deber de fungir como cabeza de la familia. 


WILLIAM BARCLAY: Ya hemos dicho que la mujer ocupaba un estrato inferior en el mundo antiguo. En el mundo griego, Sófocles había dicho: «El silencio confiere gracia a las mujeres.» Las mujeres, a menos que fueran muy pobres o de una moralidad dudosa, llevaban una vida muy retirada en Grecia. Los judíos aún tenían una idea más baja de las mujeres. Entre los dichos rabínicos se encuentran muchos que minimizan su lugar en la sociedad. «En cuanto a enseñarle la ley a una mujer, es lo mismo que enseñarle la impiedad.» El enseñar la ley a una mujer era «echarles perlas a los cerdos.» El Talmud lista entre las plagas del mundo "la viuda charlatana y preguntona, y la doncella que se pasa el tiempo rezando.» Estaba prohibido hasta el hablar con una mujer en la calle. «Uno no debe pedirle un favor a una mujer, ni saludarla.»

Fue en una sociedad así donde Pablo escribió este pasaje. Lo más probable es que lo que tenía más presente en la mente era el estado moral sumamente laxo de Corinto, y el sentimiento de que no se debía hacer absolutamente nada que pudiera acarrearle a la joven iglesia la más mínima sospecha de inmoralidad. No cabe duda que sería un error injustificable el sacar estas palabras de su contexto e imponerlas como una regla universal para la iglesia.
Pablo continúa hablando con cierta gravedad. Está completamente seguro de que, aunque uno tenga dones espirituales, eso no le da derecho a rebelarse contra la autoridad. Se da cuenta de que el consejo que ha dado y las reglas que ha establecido le han llegado de Jesucristo y Su Espíritu; y, si alguien se negara a reconocerlo, lo haría a su propio riesgo; y lo mejor que se podría hacer sería dejarle en su voluntaria ignorancia.
Así llega Pablo a la conclusión. Deja bien claro que no tiene ningún interés en anular el don de nadie; lo único que le mueve de veras es el deseo del buen orden de la iglesia. La gran regla que establece en efecto es que uno ha recibido de Dios cualesquiera dones que posea, no para su propio provecho exclusivamente, sino para el de toda la iglesia. Cuando una persona puede decir: " ¡Gracias a Dios! ¡A El sea la gloria!», entonces y sólo entonces usará sus dones como Dios manda en la iglesia y fuera de ella. 

JAMIESON FAUSSET BROWN: Vuestras mujeres callen… estén sujetas— (1Ti_2:11-12). El que las mujeres hablasen en público sería un acto de independencia, como si no estuviesen sujetas a sus maridos (Comp. cap. 11:3; Efesios 5:22; Tito 2:5; 1 Pedro 3:1). Como… la ley dice—Término que se aplica a todo el Antiguo Testamento; aquí, a Gen_3:16. 

35. si quieren aprender alguna cosa, etc. —Podrán decir las mujeres: “Pero si no entendemos alguna cosa, ¿no podemos hacer la pregunta en público para poder aprender?” No; responde Pablo. Si deseáis información, “preguntad,” no en público, sino “en casa;” no a otros hombres, sino a vuestros respectivos maridos (esta es la idea en griego.) deshonesta cosa—Es decir, “indecorosa.”

SIGLO XXI: Los vv. 33b-36 hablan de un aspecto de la función de las esposas en la iglesia. Algunos comentadores esquivan el problema declarando que esta sección fue agregada luego y no fue escrita por Pablo. Pero todos los mss. Incluyen este pasaje. Para tratar de comprenderlo, debemos tener en cuenta tres aspectos: (i) Las esposas oraban y profetizaban en las reuniones cristianas (ver 11:5). Esta era una práctica común en todas las iglesias apostólicas (33b). El contexto es crucial: la evaluación de la profecía (v. 35). (ii) La ley requiere que se reconozcan las funciones propias de hombres y de mujeres (34), lo que es una referencia a Gen 2:20-24 ó 3:16. Pablo ya citó el primero de estos textos en 11:8, 9. (iii) La esposa debe buscar la aclaración de los puntos oscuros en el hogar, lo cual podría bien significar que es su esposo el que dio la profecía (35). Aunque no hay certeza absoluta al respecto, este autor opina que las esposas, en esta reunión pública, no deben participar de la evaluación pública de las profecías, que incluía el cuestionamiento de su contenido. 


MATTHEW HENRY: Cuando el apóstol exhorta a las mujeres cristianas a que busquen información sobre temas religiosos de sus esposos en casa, muestra que las familias de creyentes deben reunirse para fomentar el conocimiento espiritual.

El Espíritu de Cristo nunca se contradice, y si sus revelaciones son contrarias a las del apóstol, no proceden del mismo Espíritu. La manera de mantener la paz, la verdad y el orden en la iglesia es procurar lo bueno para ella, soportar lo que no dañe su bienestar y conservar la buena conducta, el orden y la decencia.

KADOSH ISRAELITA MESIANICA: Esta ordenanza no se dio para que las mujeres no pudieran abrir la boca en la Congregación, sino porque antiguamente y aún hoy en las sinagogas Ultra Ortodoxas, los hombres y las mujeres estaban separados, y Shaúl lo que está evitando es que griten a sus maridos de un lado a otro de la Asamblea. Este verso lo utilizan mucho para oprimir y humillar a las hermanas, pero no tiene nada que ver con eso, sino con guardar el orden. Pero como hoy las parejas están en el mismo lugar, no están separadas, la mujer le puede susurrar cualquier pregunta al marido sin causar desorden. Y Shaúl procede a decir v 37 que esto es un mandamiento de Yahshúa. Por tanto, a cumplirlo pastores y hermanos. 


BIBLIA DE LAS AMÉRICAS: A la luz de lo que Pablo dice en 11:5, de que las mujeres oran y profetizan en la iglesia, esta amonestación debe referirse a alguna situación específica surgida en la adoración pública. Tal vez algunas mujeres interrumpían el servicio, discutiendo en voz alta mientras alguien profetizaba o enseñaba 


1 Timoteo 2:11-15 La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia. 


DIARIO VIVIR: 2.9-15 Para entender estos versículos, debemos entender la situación en la que trabajaban Pablo y Timoteo. En el primer siglo de la cultura judía, a las mujeres no se les permitía estudiar. Cuando Pablo dice que las mujeres deben aprender en silencio y total sumisión, les está ofreciendo una sorprendente nueva oportunidad. Pablo no quiso que las mujeres de Éfeso enseñaran porque aun no tenían suficiente conocimiento o experiencia. La iglesia en Éfeso tenía un problema particular con los falsos maestros. Evidentemente las mujeres eran especialmente susceptibles a sus falsas enseñanzas (2 Ti 3:1-9) porque todavía no habían recibido instrucción bíblica suficiente para poder discernir la verdad. Además, algunas de las mujeres, aparentemente, hacían alarde de su nueva libertad cristiana usando ropa inadecuada (2 Ti 2:9). Pablo decía a Timoteo que no debía poner a nadie (en este caso, mujeres) en posición de liderazgo si todavía no era maduro en la fe (véase 5.22). El mismo principio se aplica a las iglesias hoy (véase la nota en 3.6). 


2.12 Algunos interpretan este pasaje como que las mujeres nunca deberían enseñar en las reuniones de la iglesia. Sin embargo, otros comentaristas dicen que Pablo no prohibió siempre a que la mujer enseñara. La reconocida colaboradora de Pablo, Priscila, enseñó a Apolos, el gran predicador (Hechos18:24-26). Además, con frecuencia Pablo menciona a otras mujeres que tenían posiciones de responsabilidad en la iglesia. Febe trabajó en la iglesia (Rom 16:1). María, Trifena y Trifosa eran obreras del Señor (Rom 16:6, Rom 16:12) así como lo fueron Evodia y Síntique (Filipenses 4:2). Es muy probable que Pablo haya prohibido a las mujeres de Éfeso, no a todas las mujeres, que enseñaran (véase la nota en 2.9-15). 


2.12 En la referencia de Pablo de que las mujeres estén en silencio, la palabra silencio expresa una actitud de quietud y compostura. (Para comunicar "completo silencio" usualmente se utiliza en el griego una palabra diferente.) Además, el propio Pablo reconoce que las mujeres públicamente oraban y profetizaban (1Co 11:5). Aparentemente, sin embargo, las mujeres en la iglesia de Éfeso estaban abusando de su recién adquirida libertad cristiana. Debido a que estas mujeres eran recién convertidas, no tenían la experiencia necesaria, el conocimiento o la madurez cristiana para enseñar a aquellos que ya poseían una buena educación bíblica. 


2.13, 14 En cartas previas Pablo había analizado los roles del hombre y de la mujer en el matrimonio (Efesios 5:21-33; Col 3:18-19). Aquí habla de los roles del hombre y de la mujer dentro de la iglesia. Algunos estudiosos de la Biblia ven estos versículos acerca de Adán y Eva como una ilustración de lo que estaba sucediendo en la iglesia de Éfeso. Así como Eva había sido engañada en el jardín del Edén, así las mujeres en la iglesia estaban siendo engañadas por falsos maestros. Y así como Adán fue el primer ser humano creado por Dios, así los hombres en la iglesia en Éfeso serían los primeros en hablar y enseñar, porque tenían más experiencia. Este punto de vista entonces, enfatiza que la enseñanza de Pablo aquí no es universal, sino que se aplica a las iglesias con problemas similares. Otros eruditos, sin embargo, sostienen que los roles que Pablo destaca son los designios de Dios para su orden creado. El estableció estos roles para mantener la armonía tanto en la familia como en la iglesia. 


WILLIAM BARCLAY: La segunda parte de este pasaje trata del lugar de las mujeres en la Iglesia. No se puede leer fuera de su contexto histórico por surgir totalmente de la situación en la que se escribió. 


(i)Se escribió desde un trasfondo judío. No ha habido nunca una nación que diera a las mujeres un lugar más importante en el hogar y en la familia que los judíos; pero oficialmente la posición de la mujer era muy inferior. Para la ley judía no era una persona sino una cosa; estaba totalmente a disposición de su padre o de su marido. Se le prohibía aprender la Ley; el instruir a una mujer en la Ley era echar perlas a los puercos. Las mujeres no tomaban parte en el culto de la sinagoga; estaban encerradas aparte en una sección de la sinagoga, como si dijéramos en «el gallinero» donde no se las podía ver. Un hombre iba a la sinagoga para aprender; pero, como mucho, una mujer iba para oír. La lección de la escritura la leían en la sinagoga los miembros de la congregación; pero nunca mujeres, porque eso habría sido «quitarle honor a la congregación.» 


Estaba prohibido el que una mujer enseñara en una escuela; ni siquiera a los niños más pequeños. Una mujer estaba exenta de las demandas concretas de la Ley. No le era obligatorio asistir a las fiestas y a los festivales sagrados.

Las mujeres, los esclavos y los niños eran de la misma clase. En la oración judía de la mañana, un varón daba gracias a Dios porque no le había hecho «gentil, esclavo o mujer.» En los Dichos de los Padres Rabí Yosé Ben Yohanán se cita como diciendo: «Que tu casa esté siempre totalmente abierta, y que los pobres sean tu familia y no hables mucho con ninguna mujer.» De ahí que los sabios hubieran dicho: «Cualquiera que habla mucho con una mujer trae desgracia sobre sí mismo, se aparta de las obras de la Ley y por último hereda de gehena». Un estricto rabino no saludaba nunca a una mujer en la calle, aunque fuera su esposa o hija o madre o hermana. Se decía de la mujer: «Su misión es enviar los niños a la sinagoga; atender a las cuestiones domésticas; dejar libre a su marido para que estudie en las escuelas; y mantener la casa para él hasta que vuelva.»

(ii) Se escribió desde un trasfondo griego. El trasfondo griego ponía las cosas doblemente difíciles. El lugar de la mujer en la religión griega era bajo. El Templo de Afrodita en Corinto tenía mil sacerdotisas que eran prostitutas sagradas, y todas las tardes cumplían su función en las calles de la ciudad. 

El Templo de Diana en Éfeso tenía centenares de sacerdotisas que se llamaban melissae, que quiere decir abejas, cuya función era la misma. Una mujer griega respetable llevaba una vida muy recluida. Vivía en una parte de la casa a la que no accedía nada más que su marido. No estaba presente ni en las comidas. Nunca se la veía sola en la calle; nunca asistía a ninguna reunión pública. 
El hecho es que si en un pueblo griego las mujeres cristianas hubieran tomado una parte activa y hubieran hecho uso de la palabra, la Iglesia habría ganado inevitablemente la reputación de ser una guarida de mujeres livianas.
Además, en la sociedad griega había mujeres que no vivían más que para vestirse y peinarse elaborada y lujosamente.
Plinio nos cuenta que hubo una novia en Roma, Lollia paulina, cuyo vestido de boda costó el equivalente de 100 millones de pesetas o un millón de dólares. Hasta los griegos y los romanos se escandalizaban del amor a los vestidos y las joyas que caracterizaba a algunas de sus mujeres.
Las grandes religiones griegas se llamaban misterios o religiones misteriosas, que tenían precisamente las mismas reglas acerca del vestir que Pablo expone aquí. Hay una inscripción que dice: " Una mujer consagrada no ha de tener adornos de oro, ni colorines, ni polvos, ni diademas, ni pelo enrevesado, ni zapatos, excepto los que se hacen de piel de ante o de las pieles de animales sacrificados.»
La Iglesia Primitiva no establecía estas reglas con carácter permanente, sino como cosas necesarias en la situación en que se encontraba.
En cualquier caso hay mucho que decir de la otra parte. En la antigua historia había una mujer que fue creada en segundo lugar y que sucumbió a la seducción del tentador de la serpiente tentadora; pero fue María de Nazaret la que dio a luz y crió al niño Jesús; fue María de Magdalena la primera persona que vio al Señor resucitado; fueron cuatro mujeres de entre todos los discípulos las que se mantuvieron al pie de la cruz.
Priscila, con su marido Aquila, eran maestros apreciados en la Iglesia Primitiva, que condujeron a Apolos al conocimiento pleno de la verdad (Hec_18:26). Evodia y Síntique, a pesar de sus desavenencias, eran mujeres que trabajaban en el Evangelio (Filipenses 4:2  s). El evangelista Felipe tenía cuatro hijas que eran profetisas (Hechos 21:9). Las mujeres de más edad tenían que enseñar (Tito 2:3). Pablo consideraba a Lidia y Eunice dignas del más alto honor (2 Timoteo 1:5); y hay muchos nombres de mujer en el cuadro de honor de los servidores de la Iglesia en Romanos 16. 

Todo lo de este capítulo son reglas meramente temporales para satisfacer una situación dada. Si queremos saber el punto de vista definitivo de Pablo en esta cuestión, vayamos a Gal_3:28  : " No hay diferencia entre judíos o griegos, esclavos o libres, varones o mujeres, porque todos vosotros sois una cosa en Jesucristo.» En Cristo se borran en la Iglesia las diferencias de lugar y honor y cargos. 

Y sin embargo este pasaje termina con una verdad indudable. Las mujeres, dice, se salvarán criando hijos. Esto puede querer decir dos cosas. Es posible que sea una referencia al hecho de que María, una mujer, fue la madre de Jesús, y que eso quiera decir que las mujeres se salvarán -como también los hombres- por ese acto supremo de dar a luz al Mesías. Pero es mucho más probable que el sentido sea mucho más sencillo; y que aquí se quiera decir que las mujeres encontrarán la salvación, no en hablar en las reuniones, sino en la maternidad, que es su corona.
Aparte de todos los otros sentidos posibles, la mujer es la reina del hogar. 
No debemos leer este pasaje como una barrera para el trabajo de las mujeres en la Iglesia, sino a la luz de su trasfondo judío y griego. Y debemos buscar el punto de vista permanente de Pablo en el pasaje en que nos dice que las diferencias se han borrado, y que hombres y mujeres, esclavos y libres, judíos y gentiles, son todos igualmente elegibles en el servicio de Cristo. 

SIGLO XXI: Ya que esta sección continúa inmediatamente después de la sección de adoración pública, se ha sugerido que la discusión acerca de las mujeres sea considerada en este contexto. Parece probable, sin embargo, que Pablo está pensando de la conducta en un contexto más amplio, pero la conexión con la sección previa no se debe pasar por alto. 

Pablo primero considera el tema del vestido y ornamentos (vv. 9, 10). Parece que algunas mujeres estaban llamando la atención sobre sí mismas por la forma en que vestían. Teniendo en cuenta la gran libertad que las mujeres tuvieron como un resultado del evangelio, no había duda de que necesitaban consejo en cuanto a la forma en que se presentaban. 
Pablo insta a la modestia, decencia y propiedad, todas las cuales están en contra de la extravagancia. Se da consejo acerca de tales detalles prácticos como peinados, joyas y vestido. Pablo no está en contra de ninguna de estas cosas, pero insta al valor más grande de una vida piadosa. En otras palabras, las buenas obras han de ser más atrayentes y conspicuas que las apariencias externas.
El segundo tema que Pablo trata (vv. 11-15) ha despertado mucho debate, ya que algunos han sostenido que el Apóstol está en contra de las mujeres. Pero una comprensión cuidadosa de lo que él enseña no sostiene tal cosa. Si suponemos que las mujeres, recién emancipadas por la fe en Cristo, habían comenzado a dominar a los hombres y estaban en peligro de traer a la iglesia mala reputación, el consejo de Pablo se hace más comprensible. Las mujeres deben primero aprender en silencio, con toda sujeción (v. 11). ¿Había Pablo experimentado desordenadas interrupciones en la adoración pública por las mujeres? La prohibición de que las mujeres enseñaran a los hombres (v. 12) parece pertenecer al mismo contexto, aunque Pablo aquí apela más a lo que es apropiado y cita la historia de la creación del Gen.

Dos hechos se extraen de ese relato: la prioridad de Adán y la debilidad de Eva en ser engañada. El primero (v. 13) señala el acto creador de Dios en formar al hombre antes que a la mujer, aunque aquí no se hace referencia al hecho de que Eva fue destinada como ayuda del hombre y en ninguna manera inferior a él. De acuerdo al Gen. Eva fue la primera en ser tentada y caer (v. 14), pero Adán no puede ser absuelto de toda responsabilidad. En Rom. 5 Pablo coloca la introducción del pecado en el mundo firmemente en Adán. Sin embargo, él aquí ve algo significativo en la parte que Eva jugó en la caída e implica que todas las mujeres han heredado de alguna manera esta desventaja.


Es, sin embargo, el v. 15 el que posee la mayor dificultad. Pablo transfiere su pensamiento desde Eva a las mujeres en general. Pero, ¿qué quiso decir con las palabras se salvará teniendo hijos? Si no más, significa que a pesar de la parte que Eva jugó en la caída, el tener hijos por las mujeres no será afectado adversamente, y esto se ajusta bien con el relato de Gen. Pero el agregado de las palabras si permanece en fe es entonces confuso, porque no se puede suponer que a las mujeres cristianas se les promete cualquier seguridad mayor que a las otras. Otra posibilidad es que el tener hijos se refiere al nacimiento especial de Cristo, en cuyo caso Pablo está diciendo que a través de Cristo vendrá la salvación a las mujeres. La dificultad aquí es que las mujeres no están en una posición diferente a la de los hombres en cuanto a su salvación se refiere, aunque puede ser que Pablo mencione a las mujeres aquí porque está pensando en la parte de Eva en la caída. 


Vale la pena notar el enlace de fe, amor y santidad con prudencia, ya que provee un resumen conciso de la vida cristiana. Estas cualidades no están ciertamente limitadas a las mujeres. La aplicación de estas verdades bíblicas a la iglesia de hoy en día causa mucha controversia. Si decimos que Pablo estaba culturalmente condicionado, de tal modo que si él estuviera escribiendo hoy enfatizaría sólo la igualdad de los sexos, hacemos que la revelación de Dios dependa de las modas que cambian año a año. Y ¿quién puede decir lo que Pablo escribiría si estuviera aquí hoy? Si, por otro lado, insistimos en una precisa aplicación de cada característica de las prácticas del primer siglo, corremos el riesgo de ser irrelevantes a la vida moderna y aun ridícula. Nuestra tarea es cuidadosamente discernir los principios bíblicos que no cambian y aplicarlos con sentido a nuestra situación presente, teniendo en cuenta que es mejor, en última instancia, parecer ridículo que ser desobediente al propósito amoroso de Dios.


CONCLUSION


Este tema es muy controversial en medio de ellos, ya que dicen que nuestra iglesia ha errado en el hecho de que la mujer puede servir en el altar. 

Y ellos alegan que la mujer no tiene este derecho ya que ella fue la que peco por primera vez en el huerto del edén, y para fundamentar esta creencia utilizan los siguientes versículos: 

1 Corintios14:34 vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación.


1 Timoteo 2:11-15 La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia. 


Este es otro ejemplo de mal interpretación Bíblica, ya que leen un versículo y lo sacan del contexto, no solo literario (Las Escrituras) sino también cultural. 


Ya habíamos visto anteriormente que para poder entender lo que el escritor quería dar a conocer debemos de tener en cuenta varios aspectos del escrito, tanto como literario, histórico y cultural. 


Y para poder entender estos versículos del Apóstol Pablo a las iglesias de Corinto y Éfeso los analizaremos en los 2 aspectos: 


Literario: debemos entender que esta es una carta o un escrito Epistolar, y que va dirigido a un destinatario particular y en este caso un grupo de personas como lo son la iglesia de Corinto, Y en la carta Timoteo va dirigida más particularmente al pastor de Éfeso llamado Timoteo. 

Por lo tanto lo que aquí se escribió no podemos decir que era solo para ellos, porque estas enseñanzas la podemos aplicar a nuestras vidas, ya que son inspiradas por Dios. 

Pero en ellas también se trato problemas particulares de estas congregaciones, en la carta a los corintios se “habla de callar en medio de la congregación” y también dice que si quieren aprender algo “pregunten en casa a sus maridos” porque? “Porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación”.


El detalle es, que si Pablo está haciendo referencia a que la mujer no podía ejercer servicio en medio de la congregación o por lo contrario, se refiere a un desorden que se había formado porque las mujeres en Corinto no entendían (tema que veremos en el análisis cultural) y preguntaban en medio del culto, por lo tanto se hacía desorden, y Pablo con el ánimo de remediar esto dice: “que la mujer debe callar en medio de la congregación y si quiere aprender algo, debe preguntar en casa a su marido, porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación” 


Cultural: si hacemos un análisis de estos escritos en el contexto cultural de esa época nos daremos cuenta que la mujer no tenía ningún derecho, y que por lo contrario era totalmente despreciada y más en el ambiente público, el pueblo Judío daba mucho honor a la mujer en su casa y hogar, pero en lo público la degradaba totalmente. 


Hay que entender que estos versos se escribieron bajo la influencia de 3 civilizaciones y culturas, como lo son: Los Romanos, Los Griegos y Los Judíos. 


Ya que la carta escrita a los corintios se escribió a una iglesia Judía en una ciudad griega gobernada por los romanos.  


William Barclay en sus comentarios dice de este tema: 


“Para la ley judía la mujer no era una persona sino una cosa; estaba totalmente a disposición de su padre o de su marido. Se le prohibía aprender la Ley; el instruir a una mujer en la Ley era echar perlas a los puercos. Las mujeres no tomaban parte en el culto de la sinagoga; estaban encerradas aparte en una sección de la sinagoga, como si dijéramos en «el gallinero» donde no se las podía ver. 

Un hombre iba a la sinagoga para aprender; pero, como mucho, una mujer iba para oír. La lección de la escritura la leían en la sinagoga los miembros de la congregación; pero nunca mujeres, porque eso habría sido «quitarle honor a la congregación. 

Estaba prohibido el que una mujer enseñara en una escuela; ni siquiera a los niños más pequeños. Una mujer estaba exenta de las demandas concretas de la Ley. 

No le era obligatorio asistir a las fiestas y a los festivales sagrados. 
Las mujeres, los esclavos y los niños eran de la misma clase. En la oración judía de la mañana, un varón daba gracias a Dios porque no le había hecho «gentil, esclavo o mujer.» En los Dichos de los Padres Rabí Yosé Ben Yohanán se cita como diciendo: «Que tu casa esté siempre totalmente abierta, y que los pobres sean tu familia y no hables mucho con ninguna mujer.» De ahí que los sabios hubieran dicho: «Cualquiera que habla mucho con una mujer trae desgracia sobre sí mismo, se aparta de las obras de la Ley y por último hereda de gehena». Un estricto rabino no saludaba nunca a una mujer en la calle, aunque fuera su esposa o hija o madre o hermana. Se decía de la mujer: «Su misión es enviar los niños a la sinagoga; atender a las cuestiones domésticas; dejar libre a su marido para que estudie en las escuelas; y mantener la casa para él hasta que vuelva”. 

Es decir la mujer tenía ningún valor social en la cultura Judía. 


Pero lo mismo ocurría en la cultura Griega, el mismo Barclay comenta: 


“El trasfondo griego ponía las cosas doblemente difíciles. El lugar de la mujer en la religión griega era bajo. El Templo de Afrodita en Corinto tenía mil sacerdotisas que eran prostitutas sagradas, y todas las tardes cumplían su función en las calles de la ciudad. 

El Templo de Diana en Éfeso tenía centenares de sacerdotisas que se llamaban melissae, que quiere decir abejas, cuya función era la misma. Una mujer griega respetable llevaba una vida muy recluida. Vivía en una parte de la casa a la que no accedía nada más que su marido. No estaba presente ni en las comidas. Nunca se la veía sola en la calle; nunca asistía a ninguna reunión pública”.
Entonces con este tema bien claro entendemos y vemos que la mujer realmente antes del Cristianismo era muy despreciada, pero cuando el Cristianismo fue influenciando el imperio la mujer fue ganando posición y altura en la sociedad, al tanto que se cree que esto causo que muchas mujeres abusaran de esta nueva libertad e inclusive buscaron hasta gobernar sus casas, y opinar en las sinagogas, es por esto que pablo escribe “Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio” porque al parecer estaban abusando de esta libertad. 

Hay otro motivo que llevo al Apóstol a escribir de que no “permitía a la mujer enseñar”

Y era que la mujer al contrario del hombre no tenía conocimiento de la ley ni de los profetas, esto porque en la cultura Judía no se le enseñaba la ley a las mujeres, inclusive hay varios proverbios rabínicos que hablan de este caso:

En cuanto a enseñarle la ley a una mujer, es lo mismo que enseñarle la impiedad. 

El enseñar la ley a una mujer es «echarles perlas a los cerdos.» 

Por esta razón la mujer no podía enseñar, porque no tenía la experiencia ni el conocimiento. Y también era más fácil de engañar por los falsos profetas, es por esto que también el Apóstol escribe “Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión” 

Se cree que las mujeres de esa época eran presa fácil a las falsas doctrinas, y por lo tanto no debían enseñar si no estaban preparadas para hacerlo. 

En conclusión la mujer no debía hablar en público porque interrumpía el culto y no podía enseñar porque todavía no estaban preparadas. 


Porque si creemos que la mujer no puede ejercer servicio en la iglesia actual, estaríamos contradiciendo la voluntad y la palabra de Dios, en “Gálatas 3:28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.” 


Es decir la gracia de Jesús no ha vuelto iguales frente a Dios, por esta razón no debe haber discriminación en cuanto al servicio a Dios, solo debemos ser fieles a Él y estar preparados para poder servir en su iglesia. 


Pero también tenemos registro Bíblico, de que en la iglesia primitiva se le daba honor y el derecho de servir a la mujer, vamos a ver varios versículos que nos muestran el grado de honor de la mujer en la iglesia primitiva, y que si hacían parte del culto o del servicio:


1. En el libro de hechos nos habla de una profecía cumplida en ese día que involucra a los hombre así como también a las mujeres: 

Hechos 2:18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán. Y daré prodigios arriba en el cielo, Y señales abajo en la tierra, Sangre y fuego y vapor de humo; 

2. En la misma carta de Pablo a los Corintios nos habla de un don del Espíritu que ellas recibían y ejercían en la iglesia: 

1 Corintios 11:5 Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado. 

3. En el libro de los Hechos de los Apóstoles registra que Apolos llego a Éfeso predicando el arrepentimiento de Juan y que Priscila y su esposo Aquila le enseñaron el Evangelio de Cristo: 

Hechos 18:24 Llegó entonces a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras. Este había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan. Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios. 

4. También el mismo Pablo hace referencia en su carta a los romanos, de Febe diaconiza de Cencrea, es decir tenía un gran cargo en la iglesia. 

Romanos 16:1 Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea 

5. En la misma carta a los romanos el Apóstol hace también referencia de María, Trifena y Trifosa, que eran servidoras de la iglesia en roma: 

Romanos 16:6 Saludad a María, la cual ha trabajado mucho entre vosotros.

Romanos 16:12 Saludad a Trifena y a Trifosa, las cuales trabajan en el Señor. Saludad a la amada Pérsida, la cual ha trabajado mucho en el Señor. 


6. También en la carta a los filipenses, de entre tantos hermanos que habían en esa ciudad, el nombra a 2 mujeres: 

Filipenses 4:2 Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor.

Analizando un poco esta información, debemos llegar a la conclusión de que Pablo no estaba vetando a todas las mujeres del mundo, en cuanto al servicio a Dios. 


Sino que él estaba tratando un problema de desorden en el culto público en Corinto, y también estaba siendo condescendiente con la cultura en la que estaba situado, ya que si bien Dios por medio de su gracia nos da ciertas libertades, no podemos permitir que aquella libertad sea de tropiezo para mi hermano, y esto es lo que ocurría en estas ciudades griegas, que los nuevos hermanos no estaban acostumbrados a ver a la mujer dirigiendo en algo a los hombres, y lo que ocurría es que ciertas mujeres estaban tomándose la dirección de muchas cosas en sus hogares e incluso dentro de la iglesia, y esto era tropezadero para algunos. 


Y tampoco le era permitido enseñar porque como vimos anteriormente no tenían conocimiento de las Escrituras, y por lo tanto eran fáciles de engañar por lo falsos maestro. 


Pero hoy en día vemos a grandes mujeres muy preparadas en las Escrituras y por lo tanto aptas para enseñar.


                      

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