viernes, 25 de noviembre de 2011

LAS INDULGENCIAS

Una indulgencia, de acuerdo con la Iglesia Católica Romana, significa la remisión del castigo temporal por los pecados, los cuales ya han sido perdonados pero que son pagadas por el cristiano en esta vida y/o en el purgatorio.

Este castigo es, en la mayoría de las veces, sufrido en el purgatorio y también en esta vida. La indulgencia remueve o disminuye el tiempo de residencia en el purgatorio.

Hay dos clases de indulgencias: parcial y plenaria.

Una indulgencia parcial removerá parte del castigo por los pecados.

Una indulgencia plenaria remueve todo el castigo por los pecados.

La concesión de una indulgencia por un cierto número de días o años significa cuantos días o años son removidos del tiempo de castigo que una persona debe pasar en el purgatorio.

En el Nuevo Catecismo de St. Joseph de Baltimore publicado en 1969 se encuentra una oración. Luego de la oración dice lo siguiente:

Una indulgencia por cinco años. Una indulgencia plenaria en las condiciones usuales, provee esta oración a quien la recite diariamente por un mes.” (CIC 1969)

Esto significa que por decir la oración correctamente, ¡cinco años son removidos del tiempo de estancia de una persona en el purgatorio!

En la misma página del Nuevo Catecismo de St. Joseph de Baltimore dice,

Al fiel que dedique desde 20 minutos hasta media hora a enseñar o estudiar esta doctrina Cristiana, puede ganar: una indulgencia por tres años

Esta doctrina le enseña al feligrés a depender totalmente de la “Iglesia Madre” ya que para amortiguar el supuesto sufrimiento en el falso lugar llamado “Purgatorio” se debe apegar a lo que él como persona pueda hacer, esto nos vuelve al pasado cuando el ser humanos era justificado por sus obras.

Pero lo que debemos de entender es que el sacrificio de Cristo en el monte Gólgota es lo que hoy nos justifica, analicemos los siguientes versículos de la Palabra de Dios, que nos hablan de este tema:

Romanos 3:28 “Por lo tanto, concluimos que el hombre es justificado por la fe sin las obras de la ley,”

Romanos 4:3 “Pues, ¿Qué dice la Escritura?: Creyó Abraham a Dios y le fue contado por justicia.”

Romanos 4:5 “Pero al que no trabaja, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.”

Romanos 5:1 “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo,”

Romanos 5:9 “Con mucha más razón, habiendo sido ya justificados en su sangre, por El seremos salvos de la ira,”

Efesios 2:8 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.”


El problema obvio con las indulgencias es que niegan la suficiencia total de la cruz. Fue Jesús quien llevó nuestro castigo. El tomó nuestro lugar para que no tengamos que sufrir ningún castigo por nuestros pecados de manera que fuésemos hechos justos delante de Dios. No estamos diciendo que el pecado no tiene consecuencias y castigos. Estamos diciendo que ser hechos justos delante de Dios no es por nuestros sufrimientos, sino que fue a través de los de Cristo.

Isaías 53:4-6 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

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